Nací musulman y vengo de una familia con antecedentes religiosos. Hace dos años me uní al grupo de Londres como aspirante Sufi. En el camino Sufi se nos dan prácticas que nos ayudarán a identificarnos con nuestra esencia interior, las cualidades de nuestra alma. El trabajo en el viaje espiritual es aprender a cambiar nuestra identidad de un sentido limitado de uno mismo a la realización de nuestra verdadera naturaleza. Como estudiante Sufi, me he vuelto más consciente de la cercanía de Allah con nosotros. Antes de conocer al Shaykh Hazrat, mi corazón era como un capullo de flor, que aún no mostraba la belleza, el color o la fragancia de una flor en plena floración. La meditación ha iluminado mi corazón y empiezo a conocerme a mí mismo y al propósito al que sirvo en este mundo, y a ver todos los aspectos de la existencia en su perspectiva adecuada. En el lenguaje Sufi, empiezo a estar en este mundo pero no a este mundo.
Shaykh Hazrat Rasool visitó el grupo de meditación de Londres en agosto de 2006. Cuando conocí al shaykh, me saludó con una voz suave acompañada de su humilde sonrisa. Descubrí que era gentil, amable y muy realista. La reunión fue breve, pero la barakah fue enorme. Me quedé sin palabras. Sólo si uno se para directamente debajo de un árbol podrá experimentar la comodidad y el refugio de su sombra; como la de un árbol, la sombra del shaykh me dio paz y consuelo. Desde que me convertí en un murid de Hazrat, he cambiado mucho para mejor. Una nueva visión de la realidad ha influido en mi vida y en mis pensamientos. Soy una persona más enfocada. Tengo más amor por mi fe. Tengo ganas de aprender más sobre los shaykhs Sufis y la belleza de mi religión, el Islam.
En nuestra Orden, nuestro guía nos da prácticas de meditación para que las hagamos diariamente, repitiendo muchas prácticas secuencialmente durante el día y la noche. Estas prácticas nos ayudan a identificarnos con nuestra esencia interior, las cualidades de nuestra alma. El trabajo en el viaje espiritual es aprender a cambiar nuestra identidad de un sentido limitado de uno mismo a la realización de nuestra verdadera naturaleza. A medida que avanzaba en el camino, he sentido cosas que nunca antes había sentido; he probado la dulzura de iman (fe). La meditación ha iluminado mi corazón y fortalecido mi iman. He aprendido a usar mi corazón, en lugar de mi cabeza, más en mi vida diaria.
“El corazón no es solo un órgano de la conciencia, sino también un órgano de la conciencia (que tiene la capacidad de diferenciar entre el bien y el mal)”.
Que Dios Todopoderoso bendiga a Shaykh Hazrat Rasool y sus murids. Amin.