A finales del siglo XVI, el shaykh indio Ahmad Faruqi Sirhindi (m. 1624) de la orden Naqshbandi reafirmó la importancia de la shari’ah en un esfuerzo por contrarrestar la propagación de prácticas no islámicas entre los círculos musulmanes y Sufis de la India. Por este esfuerzo, se le conoció como Mujaddid alf-I thani: “renovador del segundo milenio”.
Debido a la importancia de sus reformas a las enseñanzas de Naqshbandi, sus descendientes espirituales se conocieron como una nueva orden, los Mujaddidi. Sus enseñanzas se hicieron populares en todo el subcontinente indio y se extendieron finalmente al Cáucaso, Oriente Medio, Asia Menor y más allá.