Indiraj al-nihayat fi’l-bidayat que significa “La inclusión del final en el comienzo”, es una frase utilizada en la orden Naqshbandi-Mujaddidi para describir una secuencia distintiva de prácticas espirituales. Introducida por Shaykh Baha’uddin Naqshband (ra) en el siglo XIV, es una técnica diseñada para ayudar a superar los obstáculos que impiden que los seres humanos se acerquen a Dios.
Los seres humanos olvidan a su Creador por dos razones. La primera es porque los seres humanos se sienten atraídos por el mundo exterior. La otra razón involucra el yo egoico del ser humano y lo que se encuentra dentro de él. Para obtener cercanía con Dios (ma’iyyat), es necesario liberarse de la esclavitud tanto del mundo externo como de la sensación de ser un yo separado (yo-idad, que es ego). La mayoría de los shaykhs se enfocan primero en liberar al buscador del mundo externo.
Dan prioridad a la purificación de los centros sutiles de conciencia del mundo de la creación: el yo y los cuatro elementos burdos (aire, fuego, agua y tierra) que componen el cuerpo físico humano. Este viaje se logra mediante rigurosas prácticas espirituales y lleva mucho tiempo. Si alguien sigue este camino, y si algo sale mal durante el largo período que lleva completarlo, el buscador no podrá alcanzar la meta.
Hazrat Khwaja Baha’uddin Naqshband (ra) era consciente del gran riesgo que enfrentan los buscadores al emprender este viaje. Sintió que a medida que aumentaba la distancia desde el período de la profecía, la capacidad de los buscadores y la habilidad de atravesar el camino espiritual se habían deteriorado. Los buscadores ya no tenían la misma dedicación, pasión y coraje. Teniendo esto en cuenta, Hazrat Khwaja Baha’uddin Naqshband (ra) con la ayuda de Dios, descubrió un método más corto y más fácil, el inverso del método que se practicaba en ese momento.
Primero se centraba en la purificación del corazón y luego pasaba a la activación de los otros cuatro centros sutiles de conciencia del mundo del comando divino. Sólo entonces se ocupaba de los centros sutiles del mundo de la creación. Por eso, principalmente, este método se conoce como “donde otros terminan, ahí se marca nuestro comienzo”. Con este método, como se discutió anteriormente, a los buscadores se les da solo una muestra del destino final en las etapas iniciales del viaje, y el buscador solo comprende completamente su realidad al final. Hazrat Khwaja Baha’uddin Naqshband (ra) dijo que este método era rápido y no implicaba grandes austeridades ni grandes dificultades, pero permitía a los buscadores un breve aunque suficiente estudio del camino. De esta forma los detalles del camino se dejan para más adelante y se hace todo lo posible para llegar al destino final lo más rápido posible.
Hazrat Shaykh Ahmad Faruqi Sirhindi (ra) apareció como un sol en el firmamento de la guía. Hizo que este camino de alcanzar la estación más alta fuera de mayor beneficio para la mayoría de la gente. Al llevar este camino a su cenit, iluminó el mundo. Describió los detalles del mundo del comando divino y sistematizó las enseñanzas. Hazrat Shaykh Ahmad Faruqi Sirhindi (ra) dijo que, si los buscadores se involucran en detalle con los nombres y atributos de Dios, su camino hacia Dios se ve obstruido ya que los nombres y atributos de Dios no tienen fin. Al practicar este método, solamente aquellos buscadores que completen el viaje al detalle pueden llegar al destino final.
A la luz de un hadiz bendito: que los seres humanos deben ser tratados con amor y que las cosas deben de facilitarse en lugar de dificultarse para ellos, Hazrat Sayyid ‘Abdul Bari Shah (ra) realizó una serie de cambios significativos en las prácticas de Mujaddidi. Hazrat Sayyid ‘Abdul Bari Shah (ra) fue el eje espiritual de su tiempo y como renovador de la religión (mujaddid) pudo introducir el principio de “donde otros terminan, ahí se marca nuestro comienzo” al resto de órdenes con el consentimiento de sus fundadores. Los shaykhs de algunas otras órdenes también querían introducir este principio en su propia enseñanza, pero no estaban en condiciones de hacer cambios. Las cualidades, el estatus espiritual y los milagros de un renovador de la religión, con la ayuda de Dios, facilitan la apertura de nuevos caminos.