La palabra nisbat en árabe significa afinidad o conexión entre dos personas. En terminología Sufi, es la afinidad que se desarrolla entre Dios y los seres humanos. La esencia del Sufismo es que una persona debe desarrollar alguna cualidad o virtud hasta tal punto, que debe penetrar por completo en el ser de esa persona. Cuando tal cualidad se convierte en una parte esencial del propio ser, puede denominarse afinidad espiritual. El objetivo de la búsqueda Sufi es el logro de esta afinidad espiritual.
Hay muchos tipos diferentes de afinidad: la afinidad de hacer lo bello, la afinidad de la pureza, la afinidad del amor intenso, la afinidad del éxtasis espiritual, la afinidad de la unidad, la afinidad de la paz y la afinidad del recuerdo, entre otras. Sin embargo, no sería correcto asumir que estas afinidades solo se pueden obtener a través de prácticas Sufis. Los ejercicios son solo un medio para lograrlos. En realidad, estos son el regalo de Dios que Él otorga a quien Él quiere sin tener en cuenta el linaje espiritual. A este respecto, la declaración de Hazrat Khwaja Baha’uddin Naqshband (r.a.) es la más completa. Alguien le preguntó acerca de los santos de su linaje y él respondió: “No llegué a Dios a través de los santos de mi linaje. Se me otorgó una atracción por Dios y eso es lo que me llevó a Dios.”
Los Compañeros (r.) y los seguidores del Profeta (s.) que vinieron más tarde, solían obtener afinidad espiritual a través de diferentes medios. La coherencia y regularidad en la realización de las cinco oraciones diarias obligatorias, las oraciones voluntarias, la alabanza constante a Dios, la recitación del Sagrado Corán, el recuerdo de la muerte y el temor del Día del Juicio conducen a la calidad de la cercanía a Dios se arraigó en sus corazones. Por el resto de sus vidas guardan esta afinidad, porque es el mismo camino que ha venido del Profeta (s) a los shaykhs de diferentes órdenes.